Dice un viejo dicho que si «tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo». Para no volverte loco cuando empiezas a pillarle el gustillo a este apasionante mundo del bricolaje, hoy este Manazas te chivará un puñado de suculentas advertencias: los principales errores al restaurar muebles que no deberías cometer, ya que pueden fastidiar por completo el resultado final de tu empeño.

No importa que seas torpe y primerizo, carezcas de creatividad o en la vida hayas tenido contacto con una caja de herramientas: todo el mundo puede aprender a darle una nueva vida a un mueble viejo. Eso sí: hacen falta paciencia, buenos materiales, organización y limpieza.

Y dicho esto, veamos qué fallos restaurando muebles no deberías tener.

La madera exige que estés atento a la carcoma | Imagen Wally Salinger en Unsplash

5 errores al restaurar muebles que pueden chafar tu obra

No limpiarlos a conciencia previamente: De aquellos polvos, estos lodos. Si no quieres llevarte un disgusto, empieza las cosas por los cimientos y esfuérzate en llevar a cabo una limpieza profunda y de calidad, prestando especial atención a las manchas. No todo es agua y jabón: en algunas zonas precisarás aplicar disolventes para retirar pintura o barnices, acabar con el moho o retirar la suciedad con una bayeta húmeda. Piensa que si después el polvo o las telarañas se atascan en un barniz o pintura el acabado quedará crudo e imperfecto.

No evaluar el valor de los muebles: Dependiendo de la pieza que vayas a restaurar, es posible que necesites ayuda, pero merecerá la pena. Conocer el verdadero valor de un mueble antiguo es esencial para no reducirlo tomando malas decisiones, lijando etiquetas o marcas preciosas, devaluando el origen o la marca o selecconando un mal acabado. Si sospechas que el mueble con el que te vas a poner manos a la obra tiene un alto valor, consulta a un profesional de la restauración y solicita que lo evalúen.

Pasar de las reparaciones necesarias: El momento idóneo para llevar a cabo las reparaciones precisas suele ser antes del proceso de lijado y pintura. Es importante eliminar cualquier rastro de óxido, reemplazar tornillos rotos, rellenar las grietas, sustituir los cajones rotos, cubrir los agujeros con masilla y un largo etcétera. Sé minucioso y el resultado será brillante. Ah, y no olvides lijar adecuadamente para que la superficie esté lisa.

No dejar tiempo a que el barniz o la pintura se sequen: El barniz es una capa protectora de la madera diseñada para protegerla de los elementos dañinos del medio ambiente, como el calor, la suciedad y la humedad. Es fundamental que esta película protectora se seque del todo, al igual que la pintura. ¿Qué sucede si no? Aparecen grumos gruesos y el resultado se estropea. Recuerda al aplicarlos que son productos fuertes que pueden marearte, por lo que es importante ventilar tras su aplicación en el mueble.

No asegurarte de la erradicación permamente de la carcoma: Esto es como aprenderse el padrenuestro a la hora de tratar muebles de madera, si no quieres recibir la visita indeseada de estos pequeños bichos devoradores de muebles. Sobre todo si has encontrado el mueble en el desván tras años de desuso o has comprado alguna joya en el rastro o mercadillo, fíjate si tiene pequeños agujeros y recuerda aplicar siempre productos anticarcoma que encontrarás en tiendas especializadas. Lo habitual es aplicarlos con una brocha y tapar con plástico durante varios días.

Imagen de portada |  Eduard Militaru en Unsplash